jueves, 14 de marzo de 2013

Análisis de la situación electoral en la provincia de Teruel.

Alberto Granados Orcero
 
 
 
 

¿Cómo gestionar el voto de protesta? Análisis de la situación electoral en la provincia de Teruel.

 
 
 
Este artículo pretende promover el debate sobre las diferentes alternativas de comportamiento electoral alas que podemos acudir quienes queremos que las cosas cambien desde la izquierda. De momento, centraremos nuestro análisis en las elecciones al Congreso de los Diputados.
 
En el documento ideológico de CIUDADANOS POR LA UNIDAD DE LA IZQUIERDA, incluimos esta afirmación:
 
“…la dinámica electoral no solo perjudica a los partidos pequeños a la hora de repartir puestos una vez realizadas las votaciones. Mucho más grave es el propio proceso de “absorción” de voto que realizan fenómenos como el denominado “voto útil”, el “voto cansado” de quienes se cansan de que los partidos en quienes confían nunca obtengan representación electoral relevante, etc…”
 
El sistema electoral vigente en España, diseñado, mantenido, defendido y mimado por los grandes partidos, se encarga de “laminar” todo tipo de movilidad electoral que no sea la mera alternancia entre los dos grandes partidos. Si este fenómeno es evidente en todas y cada una de las 50 provincias de España, en las más pequeñas, como la nuestra, las posibilidades de que una tercera formación obtenga buenos resultados son reducidísimas. Gran parte del voto de protesta se dispersa de esa forma en diversas alternativas de comportamiento electoral, pocas de las cuales pueden preocupar si quiera mínimamente al conglomerado PP+PAR+PSOE. Podríamos hacer la siguiente lista:
 
(1) Voto convencido al PSOE, electores convencidos de que esta vez sí que el PSOE va a hacer algo nuevo y diferente.
(2) Voto “útil” al PSOE, electores que votan al PSOE porque es la única posibilidad de que su voto tenga representación electoral capaz de detener al PP. Aquí podemos hablar también de “voto cansado”, electores hartos de que su voto no se traduzca nunca en escaños, etc.
(3) Voto a IU y CHA
(4) Voto a otras opciones más pequeñas de izquierda
(5) Voto en blanco o nulo
(6) Voto a alternativas como “escaños en blanco”
(7) Abstención 
 
Puede ser útil comparar los resultados de las dos últimas elecciones al Congreso de los Diputados en la provincia de Teruel:
 
 
2008
2011
PP+PAR
41.826 (separados)
39.791 (juntos)
PSOE
38.617
25.203
IU+CHA
4.299 (separados)
6.086 (juntos)
UPD
388
2.786
Escaños en blanco
---
464
Otras candidaturas
712
882
Nulo+blanco
1.611
3.396
Total voto contabilizado
87.453
78.608
Abstención
26.759
29.861
Total censo
114.212
108.469
 
Lo primero que hay que tener en cuenta es que puede que falte mucho tiempo para las próximas elecciones, lo cual, con un panorama político extremadamente volátil como el actual, dificulta todo tipo de análisis.
 
Tenemos que constatar la grandísima polarización del voto que han conseguido PSOE y PP con sus triquiñuelas de sistema electoral. También hay que tener en cuenta la irrupción de una formación nueva (UPD), cuyo recorrido no ha hecho más que comenzar, y que aunque va a recoger la mayoría de sus votos del espectro político de la derecha, puede atraer también a votantes desencantados, que se ilusionan con alguna cara nueva.
 
También es previsible la aparición de nuevas siglas de izquierda. Este fenómeno aun está en fase embrionaria, y tendremos que estar muy atentos a él.
 
Con respecto del voto al PSOE, es evidente que, aunque el suelo electoral de este partido retiene muchos miles de votos, una parte importantísima de su electorado responde al perfil que hemos descrito en el punto (2), voto “laminado” por el sistema electoral, que tiende a volver al PSOE en situaciones de extrema polarización política, pero que se refugia en otras alternativas –quizá mayoritariamente en la abstención- en otros momentos.
 
El voto del apartado (3) todavía muy pequeño. Es cierto que la tendencia es creciente, que la candidatura conjunta obtiene más votos suma de los dos partidos por separado, y que en otros procesos electorales en los que es más fácil la obtención de representación, el nivel de voto crece notablemente. También es evidente que la laminación de voto que genera el sistema electoral perjudica enormemente a estos dos partidos. Y, algo mucho más grave, a mi juicio, es el hecho de que estos partidos, por sí solos o sumados aritméticamente, muy difícilmente pueden superar un determinado techo electoral -¿10 %? ¿15 %?- que, en ningún caso, modificará apreciablemente el panorama político.
 
El voto a otras formaciones pequeñas es muy reducido y tiende a la estabilidad. La mayor parte de ese voto, aunque no todo, es de izquierdas, por lo cual lo podemos incluirlo –por lo menos parte de él- en el apartado (4)
 
En el análisis de los apartados (5), (6) y (7), entramos en un terreno muy resbaladizo. Opino que la mayor parte del voto nulo, en blanco y a “escaños en blanco” tiene una intención real de protesta contra el sistema, contra la “clase política”, etc. También una parte –difícil de cuantificar- de la abstención puede ir en el mismo sentido.
 
Y a partir de estos datos es donde podemos comenzar la reflexión. Opino que la creación de un instrumento político eficaz a la izquierda del PSOE puede alterar sustancialmente el panorama electoral. Pero, ¿cómo conseguiremos que la protesta indignada se convierta en acción política?
 
En la respuesta a esta última pregunta es donde, a mi juicio, se decidirán muchas cosas. Para empezar, el empuje de las movilizaciones sociales no garantiza, por sí solo, que luego este descontento se vaya a traducir en votos a la izquierda del PSOE. Hace falta movilizarse y hace falta crear alternativas electorales. Las dos cosas son posibles y necesarias. Tan malo sería esperar pasivamente sin hacer nada hasta que lleguen las elecciones, como vivir un día a día de movilizaciones sin planificar lo que vamos a hacer cuando haya que votar. O hacemos las dos cosas, o ninguna de ellas por separado nos servirá para nada.
 
Si propugnamos la unión electoral de IU, CHA, Equo y todas las formaciones afines que existan o que surjan, y si propugnamos que esa unión no sea una mera suma aritmética, es no solamente por combatir la dispersión del voto, sino porque consideramos que esa suma de sinergias nos puede ayudar a combatir dogmas políticos como estos:
 
1.-El de la inexistencia de una alternativa real de izquierdas al PSOE. El ejemplo más ilustrativo de hasta dónde podemos llegar es el de Galicia. Si este espíritu de unidad a la izquierda del PSOE se extiende a otras comunidades autónomas, como Aragón, Navarra o Comunidad Valenciana, el panorama electoral puede modificarse sustancialmente.
 
2.-El de la utilidad del “voto útil”. Ya hemos visto qué hace el PSOE con él. Los 21 años de gobierno del PSOE se han parecido demasiado a los 14 de la derecha, especialmente en política económica, fiscal y laboral.
 
3.-El de que al PSOE no le queda otro remedio que pactar con el PAR, regalarles la alcaldía de Teruel… Hay que contar con que el PSOE pactará con partidos de derecha siempre que ello le sea aritméticamente posible. Y con que la única forma de evitarlo es obtener muchos votos a su izquierda.
 
4.-El de que no hay alternativas económicas, y que no nos queda más remedio que seguir desfiscalizando ingresos y recortando gastos, como quiere la Troika. Efectivamente, a estas alturas de la película, cualquiera puede detectar que, efectivamente, el PSOE no tiene alternativas muy diferentes a las del PP. Pero eso no quiere decir que no haya otras políticas posibles.
 
5.-El de que todos los políticos son iguales, idea que, en el fondo, va a ser vendida también por PSOE y PP. Por supuesto que debemos proponer medidas de regeneración política. Pero también hay que hacer constar que el comportamiento de la mayoría de los representantes políticos situados a la izquierda del PSOE ha sido ejemplar. Nuestros políticos no deben ser visualizados dentro de la denominada “clase política”. No queda más remedio que “hilar delgado”, porque las generalizaciones sirven para anestesiar a la opinión pública.
 
6.-El de que existen atajos que, por sí solos, pueden darle la vuelta a la situación política, sin que tengamos que “currárnoslo”. Ideas como la de las listas abiertas, por ejemplo, pueden ser buenas –según cómo se gestionen- pero no son por sí solas la solución para ningún problema. Otras ideas, como la de votar en blanco o nulo, abstenernos masivamente, etc., tampoco pueden resolver nada. No veo que a PSOE y PP les preocupe mucho la abstención, más bien manejan la idea de que esa es una forma de desactivar los sentimientos de protesta de mucha gente. No es casual, por ejemplo, que las elecciones en España se celebren en domingo. No veo mejor alternativa para “resetear el sistema”, que poner al frente de él a quienes llevan décadas intentando que la democracia sea más participativa…
 
En resumen, lo que podemos conseguir es traducir la indignación y la protesta en actuación política. El eslogan de “SE PUEDE”, que tantas veces coreamos en las manifestaciones, es el que tenemos que tener presente el día de las elecciones.
 
Nota importante: Tal y como hemos mencionado al principio, lo que este artículo pretende es fomentar el debate y el cruce de ideas. Nos gustaría leer más opiniones, comentarios…
 

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